Supongo que como yo y ante la situación que estamos atravesando os habéis hecho la misma pregunta: ¿Esto es un castigo?,  ¿una prueba? ¿Lo hemos defraudado?, ¿se ha cansado? ¿Como puede dejarnos sufrir así y aparentemente “pasa “de nosotros?

Nos sentimos abandonados, huérfanos y no voy a repetir aquí todos los males que ya conocemos: el dolor de los seres queridos, el sufrimiento, aplausos, mascarillas, guantes, .... miedo. Se nos dice que ya antes habíamos pasado por cosas de este tipo (que a nosotros no nos había tocado vivir) pero eso no consuela; nos habíamos acomodado tanto, estaba todo controlado, nos estábamos olvidando de lo frágiles que somos y ahora esto.

En nuestra sociedad actual somos de respuesta rápida, de causa y efecto. Pero los tiempos de Dios no son los nuestros, la lógica de Dios no es la nuestra y su punto de vista no es el nuestro. No sé si os ha sucedido, pero en cuantas ocasiones te lleva al límite, tienes que lanzarte al abismo con los ojos cerrados y confiar, y no hay más remedio.

¿Si hasta el Señor en la cruz pensó que lo había abandonado? Me niego a tener miedo, miedo al futuro. ¿Qué va a pasar ahora? la economía , el contagio, la enfermedad ... ¿que va a suceder después? Tendremos momentos malos, momentos mejores, momentos de más o menos angustia. Pero creo que nos acompaña su Fuerza y como en otras ocasiones en nuestras vidas hay que lanzarse con los ojos cerrados y confiar. Confiar en nuestra capacidad de recuperación que es muy grande y siempre con Su ayuda.

Que todo esto que estamos pasando no haya sido en vano.

Isi.