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Hermanas del AMOR DE DIOS, Congregación fundada por D. Jerónimo Mariano Usera y Alarcón el 27 de abril de 1864 en Toro (Zamora).

El carisma institucional legado por el Venerable Jerónimo Mariano Usera y Alarcón consiste en encarnar el Amor de Dios en la vida, de modo que cada hermana llegue a ser una manifestación permanente del amor gratuito de Dios a los Hombres.

Desde los orígenes, la Congregación tiene como opción permanente de evangelización la educación y promoción integral de la persona, con el talante peculiar heredado de su fundador: la pedagogía del amor, sabiendo que la primera acción apostólica es ser testigos del amor en unidad, con la vida real de la comunidad religiosa.

La voz de la “necesidad” movilizó a Jerónimo Usera y moviliza a las hermanas convencidas de que el Amor de Dios las llama a ofrecer un servicio sencillo y una entrega desinteresada: “Sólo tendrán por recompensa consumirse en el amor de Dios”. (P.Usera). Hoy el “Amor de Dios” presenta un rostro multiétnico y multicultural, estamos presentes en 18 países.

Junto a la Congregación ha surgido el Movimiento Seglar “Amor de Dios” formado por Asociaciones “Padre Usera”, Voluntariado “Amor de Dios” y Comunidades Seglares “Amor de Dios”, extendido en varios países y animado desde la Congregación. En línea con la Exhortación apostólica de Juan Pablo II sobre los laicos en la Iglesia, estos grupos están llamados a ser “corrientes vivas de participación y de solidaridad para crear unas condiciones más justas y más fraternas en la sociedad” (ChFL 30).

Es una congregación religiosa femenina exclusivamente misionera que nació en 1942 en Madrid, gracias a la fortaleza de Pilar Navarro Garrido, su fundadora. Nace de la experiencia del amor de Dios: “tanto amó Dios al mundo que envió a su Hijo”. La Compañía Misionera quiere responder a este amor con la entrega incondicional al Corazón de Cristo y a su Iglesia buscando siempre la mayor gloria de Dios que es el hombre, su obra maestra.

Su fin es el anuncio de la Buena Noticia a todos los hombres especialmente en los países más pobres y necesitados de Asis, África y América.

Las hermanas de la Compañía Misionera viven encarnadas en el medio buscando con su vida y servicio la liberación integral del hombre. La vida en fraternidad y la oración son las fuerzas que impulsan su entrega misionera.

Su estilo de vida es alegre, sencillo, flexible, adaptado al medio en que viven con estructuras mínimas que hacen ágil y eficaz el anuncio del Reino.

Adsis es un movimiento de comunidades cristianas, formado por hombres y mujeres que queremos vivir el Evangelio de Jesús a través de una presencia fraterna y solidaria entre los jóvenes y los pobres.

Las comunidades las constituimos hermanos que, desde diversos compromisos, ministerios, estados de vida y profesiones, participamos de un mismo proyecto de comunión y servicio, compartiendo casa y vida, bienes y necesidades, entre nosotros y con otros. Y allá donde estamos, junto con los asociados y Adsis Joven, generamos un movimiento amplio que integra a voluntarios, cooperadores y amigos.

Adsis significa “estar presentes”. Desde la fraternidad y la solidaridad, queremos hacer presente en el mundo de hoy la cercanía de Dios a los jóvenes y los pobres.

En septiembre de 2011 un grupo de familias de la parroquia de Las Rosas, se planteó profundizar sobre la parábola del buen samaritano para revisar la forma de mirar sobre todo a las personas que más sufren…

Analizaron las posibilidades de compromiso como grupoy se acercaron a las realidades concretas de sufrimiento en el barrio, buscando la forma de prestar cuidado en sus distintas necesidades.

En mayo del 2012 se le puso nombre al proyecto “Servicios Solidarios” que sería una mediación para atender las necesidades que llegan a Cáritas de nuestra parroquia.

Se dio a conocer en las misas, consejo, grupos, el boca a boca y se entrevistó a personas que se ofrecían como voluntarios, porque entre la gente de la parroquia había infinidad de samaritanos capaces y dispuestos a arrimar el hombro en este proyecto. La idea era prestar servicios solidarios a hermanos en dificultad.

Los voluntarios se ofrecían para distintos servicios: Aportar alimentos, informática, electrónica, abogados, ropa, acompañamiento a personas, psicólogos, médicos, enseñanza…

Un 90% de los voluntarios se habían ofrecido para aportar alimentos y debido a las necesidades que se crearon en las familias sobretodo a causa de la crisis económica, nació LA CESTA SOLIDARIA.

La cesta solidaria no es ni más ni menos que una cesta de la compra que se rellena entre muchos y que va destinada a una familia que necesita ayuda.

Los colaboradores de esta cesta están divididos en grupos de unas 20 personas y cada semana varios de estos grupos se encargan de aportar los alimentos. A cada miembro del grupo se le notifica de forma personalizada por correo electrónico o por teléfono el día y los alimentos que tienen que llevar a la parroquia para una determinada familia.

¿Qué tipo de alimentos contiene la cesta solidaria?

Pues los de una familia normal, lo básico que compramos para casa sin excentricidades: leche, yogures, pan de molde, jamón de York y fuet para la merienda, legumbres, verduras, un choricillo para “alegrar las lentejas”…

¿Y qué pasa con los productos frescos? Para eso tenemos a los tenderos del barrio porque Agustín (Hnos. Mesonero C/Sofía 193), Juan Antonio y Mª Paz (Julia García Boután, 5) aportan la carne, la Pescadería Honorio C/ Niza 10 el pesacado, una pollería en el Mercado de Ventas (pollería Sertina), dos farmacias (C/ Suecia 30 y Av Niza 10) y otra frutería del barrio, de manera desinteresada colaboran para que todas estas familias tengan una alimentación completa y variada como Dios manda.

La recogida de estos alimentos se realiza en nuestra parroquia durante la mañana del domingo de 10.30 a 13:45 aproximadamente. Allí hay unos voluntarios estupendos que se encargan de la recepción y organización. El lunes otros voluntarios harán la entrega a las familias.

El proyecto ha sido este año todo un éxito. Pensábamos al principio de año atender a unas 12 familias, pero ha sido tanto el derroche de generosidad que hemos podido ayudar a 22. 

Somos 190 personas las que aportamos alimentos de forma puntual. Es impresionante la capacidad de respuesta que se ha tenido y todo un acierto el trabajo en red. 

Nos hemos dado cuenta que en nuestras parroquias vecinas hay muchas necesidades no cubiertas y que la nuestra puede atenderlas gracias a la buena disposición de todos los colaboradores, por lo que se ha atendido puntualmente a otras familias de otras parroquias del arciprestazgo.

También hemos conseguido gracias a vuestra solidaridad cubrir otras necesidades especiales como ropa, sillas de bebés etc. 

Queremos compartir con todos la alegría que sentimos y os invitamos a formar parte activa de este bonito proyecto... o que invites tú a otros que creas que puedan estar interesados.

Para ayudar en esta labor puedes enviar un correo a servicios.solidarios.las.rosas{arroba}gmail{punto}com enviando tu nombre y teléfono.

Solidaridad no es dar lo que me sobra, es dar lo que me hace falta

• Acompañar a las personas, realizando visitas semanales a su domicilio, donde lo más importante es escuchar y generar relación de confianza que palie la soledad. También observaremos su situación, sus sentimientos y sus necesidades.

• A todas aquellas personas que viven y sufre situaciones de soledad de nuestro barrio.

• Visitas por parejas, al estilo del evangelio: “Id de dos en dos”.
• Reunión mensual del grupo.
• En las reuniones ponemos en común la situación de los acompañados, para que todos nos sintamos responsables del proceso de todos los acompañados, compartir nuestra vivencia y reflexión y formación sobre nuestra tarea y misión.
• Cuando detectemos situaciones de necesidad y carencia se las comunicaremos al grupo de Caritas, para que apoyen con los recursos necesarios.
• A las personas en situación de falta de movilidad se les puede acercar la comunión si así lo desean.
• Nos sentimos enviados por la parroquia a llevar el amor y la compasión de Jesús por los que sufren.

• Configurar un grupo de participante sensibilizados y formados.
• Conocer y contactar con las personas que sufren soledad.
• Conseguir que todos visitemos en parejas